A veces quisiera renunciar
a amar tanta piel
desnuda, suave y tensa...
A escuchar esos tonos suaves,
con matices dulces,
gemidos salvajes.
Renunciar
a lo incierto
inestable
y hormonal....
Renunciar a esos besos,
sin barba,
de sabor a miel,
ardiendo...